sábado, julio 28, 2007

Improvisando la noche

Toda empresa en la que el personal no vaya acuchillándose por los pasillos tiene su cena pre-vacaciones y nosotros como somos más chulos que un ocho no tenemos una, no. Tenemos dos. Pero eso es otra historia y además es muy larga de explicar. Mejor me centraré en la noche de autos.

Contrariamente a la que tenía pensado me llevé el coche, por si a la hora del regreso no disponía de transporte público. Pero claro, como era la noche de autos, me encontré con que todo el mundo había tenido la misma idea y habían decidido reunirse en la Ronda Litoral. Así que echando mano de mi capacidad de improvisación opté por ir hasta el pebetero olímpico, bajar por Miramar, seguir por el Paseo de Colón y buscar un paking cercano al lugar de la cena.

Al final tuve que dejar el coche en el parking de la estación de Francia. ¡Fabuloso, estaba a rebosar! No problemo, me inventaré una plaza de aparcamiento nueva. Dicho y hecho. No me había alejado ni cinco pasos del vehículo cuando noté como una de mis chancletas se rompía y me era del todo imposible caminar. ¡Genial, ya voy tarde y ahora esto! ¡Aggggggg!!!!!

Vuelta al coche y a pensar una solución rápida. ¿Sales? No, estoy pensando...A casa no podía volver, así que la única salida posible era intentar reparar la chancleta. ¿Sales? Nooo... Abrí el maletero y encontré un rollo de cuerda de pita. No estaba todo perdido. ¿Sales? No, no...

Como no era cuestión de ponerme en plan Bricomanía a la pata coja me metí en el coche y comencé a montar un cordaje que pudiese aguantar toda la noche sin desollarme el pie. ¿Sales? Que no... De repente me dí cuenta de que por mi postura y mi actitud debía dar la impresión de estar liándome un canuto. ¿Sales? No, je, je, je...Y si encima me reía además parecía que iba fumao como un perro. Como el perro de mi camiseta ¿Sales? Minerales, jua, jua, jua...Debían ser los nervios, pero acabé partiéndome el culo yo solo mientras la gente insistía en preguntarme si salía o no.

Al final logré asegurar la chancleta mal que bien y salí zumbando hacía una plaza escondida en la que íbamos a cenar junto a los restos de la
antigua muralla romana.. ¡Cetina, vaya horas! Lo siento gente, Barcelona está colapsada, no encontraba aparcamiento y además he tenido que echar mano del ingenio para solucionar ésto(mostrando a todos la chancleta tuneada). Ahora si que el descojone fue general. Y eso que hubo quien llegó más tarde

La cena consistió en un pica-pica a base de ensaladas, pasta, montaditos y tartas. Y alcohol, mucho alcohol. Y como suele ocurrir en estos caso se cumplió la máxima de que cuanto más Alcohol y menos Comida, más Euforia desatada. Era tanta la euforia que conseguimos que una vecina airada pidiese silencio a gritos (menuda contradicción). Lástima que sólo ya la oía en medio de aquella bulla.

Total que cargados de euforia hasta las cejas, y con Jose ejerciendo de cicerone, nos dirigimos a un club subterráneo con nombre de cantante heavy de los 80'. El sitio era de lo más guayón (Verónica dixit), lleno de gente supercool luciendo moreno y bailando soul y jazz latino. Aquello parecía una ilustración de Jordi Labanda, pero con los personajes sudando como pollos. Hacía un calor infernal y las consumiciones no eran lo que se dice baratas. Así que Marçal y Marta salieron a buscar un suministro alternativo de cervezas y acabamos convertiendo un selecto club en una especie de boda rumana. Brutal

Cuando se acabó la música decidimos que lo mejor era no movernos mucho para evitar que la gente se dispersase, así que nos metimos en otro sótano cercano, éste más roquero y con nombre de ilusionista catalán de los 90'. Si pensábamos que ya no se podía sudar más estábamos muy equivocados. En ese garito con la entrada, aparte de las consumiciones, deberían darte una bolsa de suero fisiológico para ir recuperando líquidos camino de casa.

Aquí ya si que la catarsis fue absoluta. Aquello parecía la disco de los vampiros de Blade (solo faltaba la lluvia de sangre). Humo, sudoración, musica a toda castaña y la gente bebiendo como si al día siguiente lo fuesen a prohibir. No me extraña que a al personal le fuesen dando pájaras como si estuviesen subiendo el Tourmalet. Y eso que aquí quien más y quien menos iba dopado hasta las cejas.

Despues de sobrevivir a toda una noche de baile con la chancleta rota, incluido un pogo con el amigo motora de Albert (un teutón enorme que estuvo a punto de partirme en dos), decidimos que había llegado la hora de la retirada. Recogí mi solitario coche del paking (previo pago de 22 eurazos) y me llevé a Gemma y a Enric a dormir la mona rezando porque no nos topásemos con un control de alcoholemia. Hubo suerte y llegamos a casa sanos y salvos, aunque más de uno y de dos no recuerda aún como.

Al ir a quitarme la ropa tuve una visión dantesca de unos pies que no reconocí como míos. Rechacé la idea de ducharme poque me arriesgaba a despejarme demasiado. Así que a falta de un Mesías que lo hiciese por mí opté por lavarme yo mismo los pies en el bidet. Me bebí más de media botella de zumo de piña y finalmente caí rendido en la cama.

Han pasado varios días de la juerga y todavía no ha dejado de resonar esta canción en mi cabeza

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

ole ole, cómo me he podido reír con la crónica!

Gracias por divertirnos la mañana...

arantxa

nantas dijo...

..ves como siempre es útil...aprender a trenzar cuerda..puedes salir del aprieto..un caxo cuelda y vualá:..un par de calsoncillos..una soga pa ahorcarse..un condón de supervivensia..un macetero de urgencia..payo no sé como tinvitán a las soirés de empresa encara..otro dia explicas como depilarse con pasta dentrifica y un bloc de espiral..10 broder(=techoD-kantestexabaD+)

c.e.t.i.n.a. dijo...

Bienvenidos, arantxa y nantas.

Esa es la idea. Tener un foro para pasarlo bien, que malos rollos hay ya demasiados.

P.d. Payo, he reconocido el alias. Muy bueno.